Con la invasión rusa a Ucrania se abre un nuevo escenario humanamente horrible y económicamente desolador. A esto se suma una situación ya compleja en los mercados y empresas inmersos en una tendencia inflacionista y una debilidad económica originada por la pandemia que dificulta un crecimiento o recuperación sólida.
Ante este panorama complejo, hay que adoptar decisiones estratégicas y corporativas y muchos empresarios y clientes nos preguntan qué pensamos acerca de lo que está pasando y puede pasar en el sector del M&A.
Desde nuestra perspectiva, observamos que se mantiene e incluso se intensifica la actividad en M&A con las transacciones cross border y locales al alza. Respecto al origen de la operación, sigue siendo variada puesto que los compradores son tanto empresariales como financieros.
Además de la actividad, a diferencia de la época de plena pandemia, no se están revisando a la baja las valoraciones, aunque se siguen planteando las estructuras de parte del pago aplazado y condicionado. Se puede afirmar por tanto que, de momento, se mantiene una alta actividad en el sector tanto en la demanda como en la oferta.
Las causas que fundamentan esta tendencia son sólidas. Por un lado, observamos que los proyectos de crecimiento y expansión de las empresas, salvo en áreas directamente afectadas por la guerra, se mantienen y las estrategias se están ejecutando. Por otro lado, sigue habiendo mucha liquidez en el mercado y las empresas e inversores financieros saben que las medidas contra la inflación recortarán a medio plazo la liquidez y han de invertirla en activos, valores y empresas cuyas rentabilidades potenciales sirvan de refugio o de reacción a la depreciación monetaria.
Los sectores empresariales que no se ven directamente afectados por la guerra se están manteniendo activos y en expansión tanto en operaciones de concentración como de crecimiento inorgánico. Por otro lado, las grandes empresas que se han visto afectadas por la guerra tanto en mercados como en materias primas o productos, están reconduciendo sus objetivos y recursos a empresas y activos en renta para minimizar el impacto negativo.
En este sentido, las operaciones corporativas siguen con buena salud y están siendo, como en todos los momentos de crisis, un instrumento estratégico para las empresas. La inflación provoca que la liquidez busque adquirir activos no monetarios cuyas rentabilidades eliminen el efecto inflacionario. Y las empresas son ahora mismo un activo refugio.
Es cierto, que, a medio plazo, podría verse ralentizada la actividad de M&A, al ir desapareciendo liquidez y surgiendo opciones más seguras de renta fija. En cualquier caso, que el panorama a medio plazo sea peor o mejor dependerá de las medidas que los gobiernos adopten para reducir cargas fiscales o aumentar la libertad y flexibilidad de las empresas. Medidas en esta línea cimentarían el crecimiento y la recuperación económica. Los retos que tiene ante sí la política económica son muchos y en su mano está tomar las decisiones adecuadas para asentar las bases del crecimiento.
José Ignacio Lluch, socio director MAIN, M&A Investment Network