News

Las tres condiciones

Hace tiempo un gran empresario americano ya mayor, me contó lo que, según él, eran las tres condiciones esenciales para que un proyecto empresarial triunfara y al leer esta noticia ( al hacer clic en el link puedes leer la información que publica Valencia Plaza) he recordado nuestro encuentro. Aunque reconozco que cuando lo escuché, tuve mis dudas sobre si lo que me decía era un chiste o hablaba en serio, a la vista de sus evidentes éxitos y trayectoria empresarial, opté por memorizarlas, aunque entonces no lo entendí tan bien como ahora.

Para él, la primera condición era que ningún experto, consultor o analista apoyase el proyecto. Si los consultados lo veían bien, mala señal. Era básico que la opinión de los expertos aconsejara no desarrollar el proyecto por considerarlo inviable.

La segunda, más sorprendente si cabe que la anterior, era que el proyecto empezara su andadura sin dinero o con poca liquidez. Todo aquello que se inicia con exceso de financiación, decía, tiende a nacer cómodo, relajado, poco auto crítico y suele errar en las inversiones, los plazos y los medios.

Y la tercera consistía en que no hay proyecto ni éxito posible si no hay un empresario implicado en él.

Pregunté a qué se refería, ¿capacidad financiera? ¿grandes conocimientos de economía? ¿buenas relaciones? Me contestó pacientemente que no. Eso no era lo importante. Ser empresario quería decir toda persona capaz de descubrir, poner en marcha y satisfacer una necesidad de la sociedad, por su cuenta y riesgo, obteniendo una ganancia a cambio.

De una inicial decepción, he pasado con el tiempo y la experiencia de cientos de casos, a sorprenderme por su validez y su sencilla consistencia.

Descubrir es lo esencial del empresario puro. Darse cuenta de algo antes que los demás, percatarse de que un recurso o información, ya existente, puede tener una distinta o nueva utilidad con la que ofrecer un bien o servicio que satisfaga mejor a los consumidores.

Los técnicos y expertos bien formados e informados solo saben y estudian lo que ya existe y que otros han hecho. Su conocimiento se basa en el pasado y no en lo que ha de venir.

Se dice que el capital, entendido como recurso monetario, es tonto. Y a veces atonta al que lo tiene. Sobre todo, si no es fruto del esfuerzo y del ahorro sino de una artificial expansión crediticia. Este, sin la acción empresarial, no es capaz de auto reproducirse ni de generar riqueza por sí mismo. Más bien tiende a menguar.

El enorme reto que supone crear de la nada, o mejor, de la mente de alguien, una idea y conseguir que ésta se convierta en una realidad útil y valorada por millones de seres humanos en un mercado libre, es lo que impulsa al empresario y lo caracteriza. Y sin él, no hay proyecto que pueda salir adelante.

Todas las empresas que han triunfado y mantienen el éxito siguen esta sencilla norma: ven una necesidad en la sociedad y trabajan para satisfacerla. Pero, además, no se quedan ahí, a pesar del éxito, no se acomodan y siguen reinventándose, siguen descubriendo.

 

MAIN

Editor

Main Network
MAIN

Founded in 1992, MAIN is an independent firm that offers its clients comprehensive advisory services on Corporate Finance